Inicialmente, la policía de Texas no trató de derribar la puerta del salón de clases donde murieron 19 niños y niñas porque creían que el atacante estaba solo y que nadie corría peligro.
Fue una “decisión equivocada” no irrumpir en el salón de clases donde estaban matando a niños y niñas, aceptó Steven McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas.
“Desde un punto de vista retrospectivo, donde estoy sentado ahora, por supuesto que no fue la decisión correcta”, apuntó.