Los personajes de Carmina Narro supuran una ruda honestidad. Envueltos en circunstancias cotidianas que avanzan sobre la vía de la tragedia, se lanzan rumbo a salidas desesperadas que pueden abrir puertas o sellarlas drásticamente, con lo que generan el cambio que los hará salir del estado límite en que los ubica la dramaturga, aunque la única opción sea el precipicio.
Llegado el primer mes del nuevo año en el que las temporadas inician, en su mayoría, a mediados de la segunda quincena,...